sábado, 6 de febrero de 2010

Diez millones de pesos es una tentadora oferta, pero…

Es tentadora la oferta pero no es novedosa. La hemos visto un montón de veces en película de vaquero y en serie policiales gringas.

Diez millones de pesos no le caen mal a nadie y mas si es para lograr que dos personas de mal vivir salgan de la calles y pasen el resto de su vida en una cárcel, pero quien lo garantiza, cuando ya una de ellas escapó de una prisión de máxima seguridad y la otra persona desapareció ante los ojos de todos igual como los magos desaparecen los conejos, los naipes y los seres humanos en los show de prestidigitación. Así nomás se desapareció una mujer, muy buena por cierto, y son inmensas las plegarias y cientos los paquetes de velas que he encendido para que aparezca en la habitación de mi casa.

O encontrármela cruzando la 30 de marzo, o por la Calle del Sol de mi Santiago querido. Sin duda la invitaría a tomar un trago, claro de un “lavagallo” cualquiera por que mi presupuesto no alcanza para brindarle esas champañas a la que está acostumbrado su gusto.

Aunque a decir verdad no la denunciaría por diez ni por mil millones, prefiero quedarme con ella y verla por la mañana como atraviesa la calle frente a mi casa para ir al colmado de Chilo a comprar un paquete de café, un poco de azúcar y dos panes para inicial el día, o llegar del trabajo y agarrarla cocinando un locrio de arenque que me servirá con aguacate y unos plátanos fritos, para luego acostarnos a dormir la siesta donde le descubriría nuevamente sus lunares y tatuajes, haríamos planes para el futuro con la pensión que me darán cuando me jubilen como empleado publico.

Claro todo esto sucedería si me aseguran que la otra persona está debidamente presa, o muerta en un oportuno intercambio de disparo, de lo contrario ni el diablo va a caer en ese gancho.