Saramago: antirreligioso, ¿y qué?

Las críticas de Claudio Toscani, publicada en El Osservatore Romano, a José Saramago, luego de su reciente fallecimiento, dejan entrever la inquina de los católicos contra todo aquello que ose enfrentarlos.
Las prédicas de la bondad, el perdón y el arrepentimiento que propala la Iglesia Católica son tiradas por el suelo, dejando al descubierto su odio vengativo hacia quien no se identifique con sus postulados.
Toscani y El Osservatore atacan de forma inmisericorde los restos de un ser humano que dio muestra de grandeza y que su legado a la humanidad es superior al de todos los Papas juntos y la mitad de los sacerdotes católicos.
No respetan ni la muerte de Saramago, la cual aprovechan para sus virulentas y acidas criticas, a sabiendas de que no podrá responderles como se merecen, en un evidente acto de cobardía como solo ellos saber hacerlo.
Estos comediantes de la tiniebla acusan a Saramago de, cito: "Habiéndose lúcidamente autocolocado de la parte de la cizaña en el campo de grano evangélico, declaraba perder el sueño ante el mero pensamiento de las Cruzadas o de la Inquisición, olvidándose el recuerdo del Gulag, de las purgas, de los genocidios, de los 'samizdat' (textos clandestinos difundidos en la Unión Soviética, NDR) culturales y religiosos".
Que bueno que Saramago estuvo “clavado hasta el último momento en su obstinada confianza en el materialismo histórico, alias el marxismo" y no comulgó con las atrocidades y desmanes de los religiosos pederasta e inquisidores, que han llevado luto y dolor a tantas familias en el mundo. Y que Tampoco estuvo al lado de los corruptos banqueros de las estructuras financieras del Vaticano y se marchó de este mundo impoluto, con toda su virtuosa irreverencia, la cual lo eleva a un estado superior de conciencia, donde no llegarán nunca sus detractores.
El escritor portugués ganador del Nóbel de Literatura en 1998 murió recientemente a los 87 años en la isla Lanzarote, en las Canarias, donde se refugió de la desidia, la indolencia y la falta de tolerancia que impera en el planeta.

Rodríguez Pimentel si es un corrupto patológico

Héctor Rodríguez Pimentel es todo un personaje, una verdadera y genuina representación de un tipo de persona capaz de las inverosímiles acciones. Es una gloria del parnaso político nacional que por donde quiera que pasa deja una historia envuelta en brumas.

Son muchas las acusaciones que lo señalan como el corrupto patológico que es. Pero hasta el momento ninguna denuncia o señalamiento en su contra ha sido dilucidada en un tribunal judicial, cosa común en nuestro país, ya que la corrupción y los delitos mayores no tiene cabida en nuestra estructura judicial.

La República Dominicana carece de cárceles para los acusados de sustraer fondos estatales, ni autoridad judicial competente capaz de incoar un expediente a estas figuras estelares, como Rodríguez Pimentel.

La corrupción difícilmente deja rastro, no así la ostentación. Disponer de bienes y hacer galas de fortunas es una de formas de darse cuenta si alguien es corrupto, como lo parece ser esa estrella del reformismo disidente, agrupado en una estructura estatal que lo aupa y protege en sus acciones.

Podría Rodríguez Pimentel explicar la procedencia, como ciudadano honorable que dice ser, de cada uno de los millones de pesos que posee. Si lo hace, estaríamos todos lo que creemos que si es un corrupto patológico incurriendo en una injusticia y solo nos restaría esperar las consecuencias de nuestra falta.

Este señor nunca ha dado una explicación creíble sobre la decisión de descargar mas 14 mil millones de galones de la presa de Tavera en diciembre del 2007, acción esta que provocó la mayor inundación del Río Yaque en Santiago y una cantidad de muertos y de perdidas materiales no cuantificada hasta el momento

En febrero de este año el Director del Departamento de Persecución a la Corrupción Administrativa, Hotoniel Bonilla, expresó a los medios de comunicación que el titular del IAD, Héctor Rodríguez Pimentel, estaba siendo investigado por la venta irregular de terrenos propiedad del IAD y que se estaba instrumentado un expediente acusatorio contra el director de ese organismo.

De igual forma, el funcionario del DPCA aseguró que se realiza una investigación minuciosa sobre el caso del IAD a fin de determinar las pruebas sobre los hechos que se le imputan a Rodríguez Pimentel, donde lamentó la debilidad de la justicia para enfrentar los casos de corrupción.

En días recientes el director del IAD desató un avispero cuando intenta colocar una mordaza a quienes desde los medios de comunicación reclaman una mayor transparencia en el manejo de los fondos del estado y a quienes le dan seguimiento a sus dolosas acciones.

Este turpén fue capaz, junto a los abogados que le asesoran, de enviar una intimación mediante acto de alguacil a 33 empresas anunciantes del espacio de televisión El Informe con Alicia Ortega, para advertirles que si continuaban patrocinando este espacio serian sometidos a la justicia como cómplices por difamación e injuria junto a la productora y conductora del referido espacio.

Esta acción constituye una afrenta contra la libertad de expresión y un atentado al honor y a la decencia. Ya debe ponérsele un alto a las actividades de esta politiquero, marrullero y fanfarrón, dilapidador de fondos públicos y definitivamente corrupto patológico, como expresara el director del DPCA