Siempre he oído decir que el miedo es libre y que cada quien tiene derecho a sentirlo.
A lo que no se tiene derecho, sea por miedo o conveniencia es a tergiversar la realidad y presentar los hechos objetivos de manera interesada y acomodada.
Gran parte de los comunicadores de Santiago recibe beneficios de quienes están involucrados en el proyecto de instalación de una fábrica de cemento en Los Haitises, fabrica que pone en peligro una estructura ecológica y patrimonio natural protegida por la importancia vital en la disponibilidad de agua y todo el sistema hidrológico nacional.
Muchos comunicadores de Santiago hacen silencio ante la gravedad del acontecimiento y que tiene una repercusión internacional, por no enfrentar a los empresarios de Santiago que forman parte del llamado Consorcio Minero Dominicano S.A.
El miedo a perder los chelitos o facilidades que pudieran recibir de parte de estos ecocidas los vuelve de espaldas al pueblo y sus necesidades, aunque viven pregonando lo contrario.
Esa es una vida miserable propia de elementos sin conciencia, carente de voluntad y que solo piensan con el estomago.
La cementera es un crimen y por más silencio que hagan en Santiago, todo un pueblo se levanta en defensa de la vida y para evitar que por dos o tres monedas el gobierno y los empresarios destruyan el Parque Nacional Los Haitises.
El pleito está echado y veremos si es posible detener un pueblo cuando adquiere conciencia de su realidad en defensa de su patrimonio.
Unidos en la lucha, no nos moverán…
A pesar del otoño venceremos///
A lo que no se tiene derecho, sea por miedo o conveniencia es a tergiversar la realidad y presentar los hechos objetivos de manera interesada y acomodada.
Gran parte de los comunicadores de Santiago recibe beneficios de quienes están involucrados en el proyecto de instalación de una fábrica de cemento en Los Haitises, fabrica que pone en peligro una estructura ecológica y patrimonio natural protegida por la importancia vital en la disponibilidad de agua y todo el sistema hidrológico nacional.
Muchos comunicadores de Santiago hacen silencio ante la gravedad del acontecimiento y que tiene una repercusión internacional, por no enfrentar a los empresarios de Santiago que forman parte del llamado Consorcio Minero Dominicano S.A.
El miedo a perder los chelitos o facilidades que pudieran recibir de parte de estos ecocidas los vuelve de espaldas al pueblo y sus necesidades, aunque viven pregonando lo contrario.
Esa es una vida miserable propia de elementos sin conciencia, carente de voluntad y que solo piensan con el estomago.
La cementera es un crimen y por más silencio que hagan en Santiago, todo un pueblo se levanta en defensa de la vida y para evitar que por dos o tres monedas el gobierno y los empresarios destruyan el Parque Nacional Los Haitises.
El pleito está echado y veremos si es posible detener un pueblo cuando adquiere conciencia de su realidad en defensa de su patrimonio.
Unidos en la lucha, no nos moverán…
A pesar del otoño venceremos///
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